¿Era cierto?, ¿era real lo que estaba haciendo? Sara se estaba arreglando para su cita con Fran. No se lo podía creer, jamás pensó que pudiera ser tan ilusa, soñadora, tonta. Durante toda la semana aquel joven no había dado señales de vida. Se aferraba a la idea de que un jueves del mes de diciembre conocería a ese chico que no conocía nada más que de dos o tres frases en internet. ¿Tanto le había dado?, ¿Qué le había dicho que no le dijeran los demás? Para su edad y experiencia no se podía permitir aquella locura. A sus 35 años ya no le permitían hacer tonterías. Su estatus no era el de una mujer desesperada. Su trabajo le permitía vivir dignamente, no necesitaba a nadie para que su vida fuera a mejor. Tenía todo lo que quería, dinero, casa propia, amigas para salir de fiesta, una salud inmejorable, orgullo de mujer independiente... ¿Aquello que buscaba en su inconsciente era un capricho, un deseo, un sueño?.. Su mente le decía "No vayas, no estará, te vas a desilusionar. Pero no ves que es un engaño?"
Cogió las llaves del cajón y marchó escaleras abajo. El autobús no tardó en pasar. No le dió tiempo de arrepentirse y echar marcha atrás, allí estaba el conductor con las puertas aún abiertas esperando a que subiera. Había asientos libres, raro o no, ya que ese era el último recorrido de aquel hombre en aquella noche. Su última parada estaba cerca de aquel restaurante donde Fran no se sabía si aparecería. Las luces de los centros comerciales ya brillaban y pedían a gritos que compraran los regalos de Navidad. Sara ya los tenía pensados, y alguno que otro esperando en el armario para ser envuelto. Se tomaba su tiempo para todo, se lo pensaba demasiado, el color con el que iba a combinar el lazo, entonces, por qué aquel disparate? Su pulso se aceleraba a cada parada que pasaba de largo porque nadie le daba al "stop" y las paradas estaban solitarias. Aquella noche llegaría antes que la otra vez. "No vaya tan deprisa, aún hay tiempo" Se arrepintió de habérselo contado a Carolina. Ésta no le dijo nada más lo que su mente le repetía cada noche al conectarse al messenger "no vayas, no estará, te ha tomado el pelo"... ¿Pero por qué Sara no se terminaba de convencer? "Piensa, qué es lo que me lleva a cometer tal locura... ni yo misma lo puedo entender... No sé ni siquiera si es Fran, Pepe o Juán... no le he visto nunca, no sé si su aspecto es el que me gusta, no sé nada de él" Le quedaba por llegar una parada. ¿Le permitiría el conductor bajarse en mitad del trayecto? Aquel hombre no dejaba de mirarla por el retrovisor. Seguro que estaba deseando de llegar a su casa después de una dura jornada de trabajo. Aguantar a tanta gente y el murmullo, olor y chillidos de los usuarios del transporte público, mezclado con un recorrido rutinario, pasar por la misma calle más de veinte veces, no era muy divertido, y menos a aquellas horas de la noche.
Sara pensaba qué le impedía dar marcha atrás, pero su corazón le explotó y le dijo : "Basta, no escuches a tu mente, ahora me toca a mi... ¿Recuerdas estas palabras?
Fran dice:
Ya le has devuelto los regalos a tu ex?
Sara dice:
Veo que eres bastante directo, para no conocerme de nada
Fran dice:
Perdona, no era mi intención. Sólo quería romper un poco el hielo. Te he notado algo triste y ausente esta noche. Pensé que era por él
Sara dice:
No, perdoname a mi. Es que no sé lo que me está pasando. Hacía tiempo que ya no eramos pareja. Pero el echo de que me deje por otra persona y que me diga todas esas cosas..., me ha dejado un poco mal, la verdad.
Fran dice:
Yo no lo hubiera hecho
Sara dice:
el qué?
Fran dice:
...
Sara dice:
???
Fran dice:
Dejarte escapar...
Sara dice:
Fran dice:
Holaaaaa. Estás por ahí?...
Sara dice:
Sip... Aquí sigo... Gracias. Eres muy amable.
Fran dice:
No lo digo por quedar bien... Es lo que siento.
Sara dice:
Si, ya...
Fran dice:
Este medio de comunicación es bastante frío. No encuentro el icono adecuado para mostrarte mi expresión en estos momentos. No tenías cámara web verdad?
Sara dice:
Nop... (mentía)
Fran dice:
bueno, pues lo intentaré describir lo mejor posible
Sara dice:
El qué?
Fran dice:
Lo que siento por ti....
Sara dice:
.... por mi?..., sientes algo?
Fran dice:
(Suspiró) ... Si..., algo que aún no sé cómo clasificar. Es un sentimiento fuerte. Eres la última persona con la que hablo al acostarme y desearía al despertar que fueras la primera. Pero al mismo tiempo pienso que es una locura ya que no conozco tu rostro, ni sé nada más que cuatro historias de tu vida. No sé cómo eres físicamente, aunque creo que eso poco importa ya. Cada vez que te conectas y veo tu imagen del perfil, el estómago me da como un pinchazo, cosa que nunca antes me había pasado. Sé que es una estupidez, y que ahora mismo estarás alucinando, pero después de pensarlo varias veces, ya que si te estoy soltado todo este rollo es porque lo he meditado antes, he decidido olvidarlo todo y seguir como hasta ahora. Te preguntarás por qué entonces te he dicho todo esto, pues ni yo mismo lo sé aún. Así que ..., te dejo a ti decidir. Pero que sepas que nada va a cambiar, por mi parte. Seguiré hablando de los mismos temas que a los dos nos gusta, seguiré teniendo la misma cordialidad contigo que he tenido hasta este mismo instante y de mis manos no saldrán más estas palabras sinceras y del corazón, si es ahí donde las tengo alojadas...
Sara dice: (Sara tenía las manos en el teclado, dispuesta a escribir algo, pero no sabía el qué. leyó otra vez todo lo que Fran le había escrito..., y seguía aún sin palabras...)
Perdona, me has dejado sin palabras
Fran dice:
No me extraña... A mi me pasaría lo mismo... bueno, podemos hacer una cosa... Te olvidas de todo esto y seguimos como si nada... charlamos de lo de siempre, quedamos en que se me ha ido la olla y ya está... tan amigos...
Sara dice:
no..., esto no lo puedo dejar así, no puedo olvidar todo esto... Es bastante fuerte
Fran dice:
No me asustes... Por favor, te prometo que nunca más te comentaré nada, pero por favor, sigamos siendo amigos...
Sara dice:
Es que..., después de leer todo lo que me has dicho, por tercera vez..., es que..., es lo mismo que siento y que no sabía descifrar.... Has descrito cada palabra como si las dijera yo... Sí, también estoy cometiendo una locura, también me siento a la misma hora, cada día, sin quedar con nadie más, para poder charlar un rato contigo. Estas en mi mente cada noche, cada día... no puedo negarlo... Necesito tus palabras... Te has vuelto imprescindible en mi vida. No sabía lo que era hasta que he leído tus palabras... Tal vez sea porque no lo he querido ver, me he negado a cada momento lo que mi corazón me decía..., pero sí..., te entiendo porque es lo mismo que me ocurre a mi...
Fran dice:
... (suspiró)... No sé cómo afrontar esta situación... me había imaginado que tú no sentirías lo mismo... no me imaginé que fuera devuelto el sentimiento... Ahora me dejas sin palabras a mi...
Sara dice:
Pues entonces, dejemos la conversación por hoy. Ya hemos tenido suficiente. Buenas noches Fran...
Fran dice:
Buenas noches Sara... Que descanses
Sara dice:
Igualmente...
"Señorita, la última parada es esta..." Sara no había escuchado al conductor, aún seguía escuchando al corazón. "¡Señorita!, que tengo familia y tengo ganas de llegar a mi casa, que no son horas" Sara dio un brinco y sonrojada por su despiste bajó corriendo del autocar disculpándose. Tenía que recorrer dos calles para llegar a su ¿dulce destino? Miraba a su alrededor, pero no aparecía nadie..., tal vez estaría esperándola dentro, en aquella mesa... O no...
Al llegar los ojos no la dejaban mirar hacia aquella mesa de encuentro. Miraba de refilón y le pareció percibir un brazo, pero no estaba segura. Ahora le había invadido la vergüenza, toda aquella que pensó que dejó en el camino... El camarero le preguntó si tenía reservado y ella respondió que no, pero que había quedado con alguien. La hizo pasar y cuando se acercaron a la mesa en cuestión, estaba ocupada por una pareja de unos veintipocos años. Miró a la de al lado por si estuviera sentado allí, pero todo estaba ocupado por parejas. Parecía como si estuvieran todos confabulados en contra suya. Qué ironía, todo eran parejas. De distintas edades. El camarero le propuso esperar en una mesa alejada de la ventana. Sara le cogió el abrigo y marchó de allí, cabizbaja, sin despedirse de nadie... "Señora..., espere..." Pero Sara marchó. Esta vez, al salir, no paró en el rellano de la puerta, ni miró de un lado a otro. Marchó corriendo y con los ojos húmedos, desecha entre lágrimas. No podía ser, qué le estaba empujando a acudir cada jueves allí, ¿qué esperaba encontrar? un sueño roto. Todo era mentira y tenía bien claro, que ya no habrían más jueves... Ya no más mentiras, no más engaños... Se terminó...
4 comentarios:
buenas noches sra. claus espero me perdone por estos dias de ausencia pero estube de puente en granada y aohra mismo bastante liada con los estudios pero ya sabe que tarde o temprano volveria y que por nada del mundo me perderia sus fantasticas recetas y entradas navideñas, por cierto parece que usted conoce muy bien mis gustos ya que después de esas deliciosas galletitas de mantequilla y he visto muchos postres con chocolate que me vuelven y loca y entre los cuales no podria elegir uno jiji. un beso enorme de sus niñas, las bollis.
:( ¿De verdad que "se terminó" o continuará la próxima semana? Sra. Claus, por favor, dígame que continúa la próxima semana que me va a dar un telelillo si no :)
Un abrazo.
Vaya historias que cuenta esta Sra. Claus, espero que no sé quede ahí, poorq ahoa nos ha dejado a todos con ganas de más...
Un besote
pero nunca mas se vieron en el chat? si es así que la llevaba a ir cada jueves e intentar verlo .
Tuve el deseo que fuera un final feliz .
Un beso , cuidate
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